sábado, 1 de marzo de 2008

Un nuevo amigo.

Como ya comenté en mi entrada "los Reyes Magos", vivo en el campo. Eso significa que además de todo el personal femenino que cohabita conmigo, siempre hay invitados no deseados.

De todos ellos, los que peor llevo son las avispas, cuya presencia ya conoce mi hija menor más que de sobra, y alguna vez ha aparecido una culebra bastarda o algún alacrán.

Sin embargo la presencia más notoria es la del ratón de campo (Apodemus sylvatucus, ¡Toma ya!).

Al igual que le pasaba al niño de El sexto sentido, que en ocasiones veía muertos, yo en ocasiones veo A. sylvatucus.

El otro día, por casualidad, encontré una manera de capturarlos de forma indolora.

Normalmente, guardo la comida de la perra en un cubo grande, donde vacío todo el saco. Sin embargo, el martes pasado, estaba en plan vago, y en vez de vaciar la comida, dejé el saco en el cubo. Cuando al día siguiente, lo saqué para poner la comida en su sitio, me encontré en el fondo del cubo tres pequeños ratones. Rápidamente lo tapé y lo saqué al jardín. Como sé que a mis hijas, les haría ilusión verlos las llamé y se los mostré.

Como supondréis la primera pregunta que me hicieron fue la de "¿Podemos quedarnoslos con los hamsters?". Negativo, of course. ¡Solo me faltaría eso! Crear un centro de reproducción híbrido entre A. Sylvatucus y Phodopus roborowski. Así me saldría la especie Apodemus Phodopus sylvaticus roborowski. ¡Si hasta parece el nombre de un mago de Howarts!. La siguiente pregunta vino al instante "¿Los vas a matar?". ¿Que quereis que os diga? Por una lado son una plaga, pero por otro no puedo evitar pensar que cosas de ese tamaño sobrevivieron a los dinosaurios y evolucionaron hasta convertirse en lo que somos ahora. Además, delante de las niñas no puedo sacar ese espíritu de violento psicopata asesino en serie de vertebrados de pequeño tamaño, así que nos llevamos a los roedores a unos cientos de metros de mi casa, en pleno campo y los soltamos allí.

Pero como vi que de esa manera, podría pillar unos cuantos, más, deje el saco y el cubo en la misma posición. Esta mañana he cantado bingo. Ya he cogido a otro. Es el de la foto. Esta vez no he avisado a las enanas, pero he mantenido el espítitu. Me he puesto unos guantes y lo he capturado (ventajas de haber estudiado Farmacia. Teníamos que coger ratones y ya sé como hacerlo). Me lo he llevado al mismo punto en el que abandoné a su "minifamilia" el otro día, y lo he vuelto a soltar.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

Pero como el tema va de ratones. voy a hacer un link a la Rapsodia Húngara número 2 de Frank Liszt, interpretada por Tom y Jerry

6 comentarios:

Belén dijo...

Bueno, eso es lo que tiene vivir en el campo... yo no podría con las arañas, pero con el resto si...

Besazos

CalidaSirena dijo...

Bueno eso de que el cuento a acabado, no sé yo, porque no sabemos cuantos eran de familia los ratones, osea que en cualquier momento te vienen a visitar más...jajajaja.
Besos cálidos

Noa dijo...

No has detallado el sexo de los ejemplares localizados. Me apuesto lo que quieras a que todas eran "ratonas". :-))

Anónimo dijo...

Esto.... Una cosita... Y sin ganas de polemizar... ¿Cómo sabes que no era el mismo que soltaste anteriormente. Urge poner un cartelillo. Besos

Syl dijo...

Uys...qué grima!...no sé si yo sería capaz de cogerlos, aunque miedo no me dan...

Para mi hiciste bien, pero es que claro, yo no sé matar ni una mosca.

besitos.

boticcario dijo...

Belen: sí, eso es lo que tiene lo campestre. La verdad es que lo prefiero a las cucarachas de la ciudad. Lo de las arañas es otra cosa. Mi sotano parece Aracnofobia, de los ejemplares que a veces me encuentro.

CalidaSirena: parece que he echado a toda la familia, porque no ha vuelto a haber signos de actividad. De todas el nicho ecológico pronto volverá a estar otra vez ocupado, seguro.

Noa: ¡¡¡Puedes apostar a que sí!!!

Anónima: no era el mismo. Antes de soltarlos les puse una pulsera con GPS para hacerun seguimiento de su actividad :DDDD

Sylvie: cogerlos con un guante no es complicado. Eso sí, hay que hacerlo con guantes, porque el del sábado los mordió unas cuantas veces.