Conspiración feminista

Me juego todo el sexo (de cualquier tipo) que pueda tener a lo largo de 2008, si alguien es capaz de imaginar que he estado haciendo hasta hace minuto y medio, en que cansado, harto y hasta las narices he decidido parar un momento a escribir.

tic...tac...tic....tac....¡¡¡No!! ....¡¡¡Lo siento!!! Nadie ha sido capaz de acertar. Y eso que el título del blog daba a entender que ni estaba jugando a la Play, ni veía el futbol, ni leía. Nada de eso. Estaba en medio de una terrible conspiración feminista para torturar a los varones. A los padres de las niñas del colegio.

Me explico. Mi hija la mayor hace gimnasia rítmica en el cole. A su querida profesora, no se le ha ocurrido nada mejor que preparar una función en la que las "tiernas" infantes han de bailar con unas perchas metálicas a modo de .....(lo curioso es que no se de que)... bueno, de algo.

Para ello, ha proporcionado a las criaturas unas perchas concebidas para la tortura. No les ha dado las típicas perchas cutres en las que te devuelven la ropa en la tintorería. ¡No!. Son de alambre fino y se retuercen con facilidad (como la de la foto). Eso sería demasiado fácil ,y el objetivo es lograra que el padre sude tinta china para conseguir algo que no sirve para nada. Resumiendo, que hay que alisar la percha y luego hacer una especie de rectángulo con ella.

Para eso, esa mente retorcida, ha recorrido media España con el fin de encontrar LAS PERCHAS. Con mayúculas.

Son unas perchas especiales, de las que cuelgan en los armarios de los más infames cuchitriles de carretera. Perchas que soportan lo mismo el peso de una camisa, que el de un abrigo con los bolsillos lleno de bolitas de plomo. En esas perchas, colgaban hace años las piezas de carne que se llevaban a la carnicería. En una de esas aparece colgado en un camión frigorífico, un ganster en "Uno de los nuestros". Para que veáis como aguanta, y lo "dúctil y maleable" que es. De hecho, creo que en la Nasa las usan para sujetar los tanques de combustible de las lanzaderas, habida cuenta de su gran resistencia.

Y aquí me tenéis. Desde las 10 de la noche peleándome con las perchitas dichosas. Usando todo mi arsenal de instrumentación made in "Leroy Merlin" (que no es mucha habida cuenta de mi escasa habilidad manual para el bricolaje) para conseguir que las perchas se doblen. Aunque sea un poco.

Lo dicho, es una conspiración para que las niñas nos vean y digan "Papá, ¿De verdad has sido incapaz de doblar decentemente una percha?. Pues la profe, que no esta casada sí ha podido" .... y yo le diré ¡¡¡Claro. Porque ella se ha quedado con la percha de la tintorería!!!

Menos mal que hoy tengo a Bumbury, de fondo, animando la lucha entre la percha y el hombre: Lady Blue. Dedicado a una paisana de Bumbury, que hoy lo veía azul :-)